domingo, 26 de agosto de 2007

Clinicazo!

Marce tiene unas tangas rosadas transparentes, con un moñito, que a mi me fascinan, y yo tenía un tubito de perico en el bolsillo del pantalón, en el susto al ver la policía se lo entregué a ella, y ella atinó ponerlo en su vagina, ahora tiene ganas de orinar y estamos rodeados de gente, la sacada del tubito es una odisea, el tubito sale y yo voy al baño.
Son las 4 de la mañana, y todavía no entiendo muy bien lo que está pasando, estoy en el baño de una clínica, metiéndome un pase para no dormirme, y todavía tengo un poco de susto, estoy agitado pero trato de hacer parecer que todo esta bien, yo estoy ileso.
Marcela está tendida en una camilla de la clínica, en urgencias, y una enfermera de esas de película, 1.75 M, 90-60-90, ojos verdes, 25 años máximo, labios de puta y boca de mamadora, le está introduciendo una sonda en la vagina a Marce, yo estoy a punto de venirme con solo imaginarme la escena, las oigo hablar y me excito, me imagino la nena quitándose la cofia, soltándose el pelo y tirándosele encima a Marce, para luego llamarme a la acción. Marce pudo orinar, ahora empiezan los exámenes.
Primero traen como 5 tarritos con líquidos de diferentes colores, y le sacan sangre hasta llenar cada uno, luego me explican que esas son pruebas de reacción, pues cuando se llega a urgencias por el SOAT, se tienen que hacer exámenes para observar qué drogas hay en el organismo, ella me había pedido que le limpiara la nariz, para que no le vieran los restos de cocaína, y me dijo que no quería que el doctor se enterara, yo le informe lo de las pruebas de modo que ya sabían que estábamos consumiendo de todo lo que conocíamos.
Son las 2 de la mañana, y van a cerrar Berlín, Hernán nos dice que ya es en serió, que no podemos acabar el chico de billar, Pedro le dice que no importa y taca, terminamos y salimos del bar, vamos para el parque en un Suzuki plateado, nos vamos fumando un porro y cuando llegamos, Pedro decide irse a su casa, el parque está vacío, todo está cerrado, solo hay un carro, dos motos, 4 manes y Marce.
Camino hacía ellos, al tiempo que se acercan dos agentes de “policía”.
-Jóvenes, nos colaboran!
-Con qué, señor agente?
-Con el desalojo, no se hagan los bobos!
-Vamos pal parqueadero?
-El de guayabal?
-Sí.
-Vamos!
Me monto en un chevette blanco con Marce, y dos manes que conocí 5 minutos antes, el que va manejando el carro dice que va en un rally, el que va a su lado hace los ruidos, las motos van al lado de nosotros, el que maneja acelera a fondo mientras bajamos por la 10 A, vamos a 130 kms y el que maneja no ve cuando el separador se bifurca para guiarnos hacia el roundpoint, el carro se monta al separador, explotan las llantas delanteras, el carro sigue derecho, entra en el roundpoint y se clava en la tierra, pregunto si hay alguien herido, ensayamos lo que vamos a decir acerca de la llanta que se explotó y por la que el carro perdió control.
15 minutos después, Marce dice que le duele un poco el cuello, los paramédicos de los bomberos la revisan, ella no quiere ir a la clínica, pero a medida que se va enfriando el dolor se intensifica.
La tienen metida en un aparato que parece una maquina del tiempo, es un tubo que despide rayos rojos, me siento en una película de ficción, le están haciendo un tag abdominal, y otro cerebral.
La pasan a otra sala la ponen bajo un obturador como de cámara fotográfica, le sacan unas radiografías, van a ser las seis de la mañana, y todavía no salimos.
A las siete Marce duerme plácidamente, mientras yo sigo ayudándome para no dormirme, llega el ologo que más sabe de lo que le paso a Marce, mira los tags, las radiografías, hace dos anotaciones en la historia medica me dice que ella está bien y sale de la habitación, a las 8 de la mañana salimos del hospital a la casa, Marce lleva en su cuello un hermoso aditamento que deberá llevar por 20 días más.
Chevette, roundpoint, bomberos, policía, clínica, tag, cuello ortopédico.
Marce y yo le estamos contando todo a Dani, estamos en Berlín, solo han pasado unas 15 horas desde el accidente, Marce no tiene su aditamento, y todos nos estamos ayudando para no dormirnos.

Mañana fatal

6 A.M. Sábado, día de la cabalgata de Pereira, el peor sonido que puedo escuchar cuando duermo, mi padre, ese ogro peludo que con el que no había convivido nunca, y que me he aventurado a conocer en estos meses últimos, pronunciando con un tono de tevoyamatarhp, mi nombre, MATEO!!, venga mire lo que hizo!
Después de 4 aguardientes, 11 cervezas, e incontables tragos de ron, pude haber hecho cualquier cosa, literalmente, cualquiera.
No suelo ser vomitón cuando bebo, pero hay una escasez en mi bolsillo por lo que no había comido nada, así que los tragos, no pocos ya lo dije, me cayeron como mal, esperaba ver el lavamanos destrozado, la nevera vacía o algo por el estilo, incluso llegue a pensar que había tirado el FRENCH POODLE por el balcón, pero me acorde que no tenemos uno.
Traté de hablarle suavemente al señor, pero no me dejó expresar, todo lo contrario me ordeno componer la falla cometida la noche anterior.
Valla y mire, quiero que todo huela a rosas!
Efectivamente, había vomitado el baño, bien es sabido por todos que cuando el vomito quiere salir, sale, y sale donde y como le da la gana, no da espera de ninguna clase y escapa, cuando regresé a mi cuarto vi que había dejado un poco de alimento con ácidos gástricos en el suelo de mi aposento también, pero además el baño había quedado con vomito hasta en el techo, sí, en el techo, entonces yo que no soy amante de limpiar, ni de levantarme temprano, ni de pararme de la cama cuando estoy enguayabado, estaba allí, con trapos, trapeadora o mopa, jabón, fabuloso y balde, de frente al mugre, combatiendo la suciedad.
Ahora, agachado frente a la taza diseñada para contener excrementos, estoy cual empleada domestica atacando los pedazos de comida que se rehusaron a ser parte de mi, esos que por algún motivo o razón química que desconozco buscaron salida pues no congeniaron con el alcohol, en ese momento pienso en la noche anterior y caigo en cuenta que no me acuerdo de nada, pero nada es nada, me acuerdo hasta un punto que gane un torneíto de Texas hold´em póker, el mas emocionante de todos los juegos, y me acuerdo que en ese momento alguien llego con botella de ron pero hasta ahí llegan los recuerdos.
Apenas termino con el baño, mi padre revisa cual inspector nuclear cada centímetro del baño para ver que todo estuviera como antes de mi nocturna arremetida contra el orden del hogar, soluciono algunos pequeños errores, y llegamos a la conclusión de que esta bien limpio.
Ahora viene la parte mas mamona del asunto, no era la limpiada, sino la preguntada.
Agarro el teléfono, 3360300.
-Que mas?
-Bien, vos?
-Bien, quien me trajo anoche?
-Yo no sé.
-Como así?
-Yo solo me acuerdo hasta las 11
-Ay marica, mierda!
-Estábamos en el bar jugando póker.
-Si hasta ahí me acuerdo yo.
-Preguntémosle a Rincón.
-El está en las mismas .
-Mierda.
Mierda, era lo único que podíamos decir, y no había nadie que nos diera razón de nuestros actos después de las 11 pm, siempre que uno borra casete hay un amigo, que estaba en sano juicio, y que nos acuerda de nuestros actos y uno simplemente dice que el trago estaba malo, o que eso pasa por mezclar licores, o que se fumo algo que le hizo daño con el alcohol, pero nunca decimos que simplemente se nos fue la mano, tomamos mas de la cuenta, y estábamos cagados de la perra, eso jamás, eso sería como decir que no somos buenos bebedores, y eso es algo imperdonable, esa estúpida competencia de los hombres, que siempre los tiene decidiendo a quien le cabe mas licor, yo se que soy al que menos le cabe y al que mas le gusta, por eso siempre me entran temprano y me llevan hasta mi camita, algunas veces mis amigos, en otras maravillosas ocasiones una recién conocida a la que le he dicho 79 veces que la amo, 27 veces que es la mujer mas hermosa del mundo, y 9 veces que me muero de ganas de hacerle el amor hasta el amanecer, pero puedo jurar que esta vez es cierto, el trago estaba malo!!